El miércoles fui a Can
Sala y monté en un caballo llamado Iwan que es muy alto. Seguro me
da respeto cuando me acerco, pero el esta muy tranquilo cuando lo
cepillo o lo limpio, y eso me transmite seguridad y confianza. Cuando
estoy montando estoy muy alto y no me da miedo. Me siento bien y
contento.
Me gusta cuando el Iwan va
rápido trotando, también toco partes del cuerpo del caballo con una
mano, la oreja, la cola .
En can sala hay una casa
de madera y entro a la casa siempre que voy y jugamos a espias con el
Albert el Marc o el Vitali mientras esperamos a montar o a pasar la
pelota.
Gabriel Gómez
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